viernes, 15 de octubre de 2010

composicion atmosferica

Así como a grandes rasgos tenemos presente la existencia de mares y océanos, no vivenciamos del mismo modo la sutil presencia de la atmósfera, que tomamos en cuenta apenas como dato ligado a la temperatura ambiental, a la lluvia o a los grandes temporales, en tanto la radio nos bombardea sin cesar con las mediciones de la presión atmosférica, la humedad relativa ambiente, la visibilidad neta, la sensación térmica y la potencia-orientación del viento.
Nada de ello nos ayuda a ubicarnos en el vasto entramado compuesto por el globo terrestre, sus suelos y sus aguas, el aire y la luz solar: la materia prima crucial de lo que llamamos biosfera o esfera de la vida.
Miramos hacia lo alto en una tarde clara: parecería que el espacio no tiene fin. Lo cual es cierto en lo referido al campo visual que denominamos cielo, pero en lo concerniente a la atmósfera existen límites, y muy concretos.
Si el asunto asomó en los últimos años a la cháchara indolente de los medios de comunicación social, ello ha ocurrido en especial a propósito de instancias "críticas" que se han llamado calentamiento global (efecto de invernadero), deterioro de la capa de ozono, acidificación de las lluvias y agonía de los bosques y selvas.
Entretanto, abundan las noticias sobre las situaciones de emergencia respiratoria surgidas en metrópolis poluidas como Santiago de Chile, México (DF), San Pablo o Atenas.
Más allá del apocalipsis vuelto deporte o juego de apuestas, es totalmente cierto que la Tierra atraviesa una crisis atmosférica y climática producida por actividades humanas contaminantes y por superposición de las mismas. Dado que la atmósfera es el envoltorio gaseoso que actúa como enlace entre nuestro planeta y el universo, su frontera inferior en lo concerniente al nexo con el suelo y las aguas resulta obvia.
No sucede lo mismo en lo referido al límite superior, dado que los gases que componen el océano atmosférico van apareciendo en otras proporciones a medida que se acerca más al misterioso mundo del sistema solar.
El medio gaseoso que denominamos aire es en verdad una membrana que en el caso de la atmósfera elemental posee unos 100 kilómetros de espesor. Su capa inferior -bajo la cual vivimos- se denomina troposfera, con un espesor promedio de 12 km y en estado constante de turbulencia, con masas de aire en movimiento continuo y mezcla incesante.

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